Susurros en el viento. Haibun 

Caía la tarde y el cielo se pintaba entre tonos ocres y magenta, los árboles se mecían como intentando tocarse con su ramas, el sonido que se producía por el paso del viento traía murmullos que parecían versos sueltos con palabras jamás pronunciadas. Ella permanecía inmóvil bajo uno de los árboles, no quería arruinar el momento que se tornaba sublime, y sólo miraba extasiada esa danza de los árboles sobre su cabeza. 

Y en silencio pensaba que tal vez allí se posaban todas las palabras lanzadas al viento por los amantes y en sus adentros pidió que la brisa le lleve el eco de esos susurros para crear un poema que enaltezca y eternice uno de esos  diálogos secretos de la naturaleza.

Voces de otoño

que hacen vibrar las hojas

en el sendero.